El comienzo está claro, el
final está aún por determinar. Pero una
serie de acontecimientos y casualidades están marcando el camino en el que se
convertirá. Lo que está claro es que el odio y el rencor no son buenos
compañeros de viaje.
Desde el comienzo sus pasos en
la vida han sido duros, un cúmulo de calamidades y dolor.
Al nacer como tantos otros
niños no deseados, frutos de la casualidad, la ignorancia e hipocresía fue dado
en adopción. Una noche fría de invierno a los pocos días de nacer fue dejado en
el suelo, en la puerta de un orfanato de Londres.
Allí pasó su infancia,
compitiendo por los pocos recursos que había, como comida y agua, esto junto
con las continuas palizas sufridas a manos del rector del orfanato (un tal
James May). James fue el causante de convertirle en un niño famélico y lleno de
odio hacia la raza humana y sobre todo hacia la Iglesia.
Un día, a los 18 años, haría
un descubrimiento que desencadenaría unos acontecimientos que cambiarían el curso
de su vida. Mientras realizaba una de sus habituales “travesuras” junto con
otro macarra del orfanato llamado Richard Hammond. En aquel tiempo ya poseía un
don para pasar desapercibido cuando quería y poder apropiarse de lo que no le
pertenecía por derecho.
Se colaron en el despacho del
rector con el fin de llenar sus cajones de ratas muertas, pero Jeremy encontró
una carpeta sucia y gastada en el fondo de un cajón con su nombre y la abrió.
Al hacerlo descubrió aquello
que durante todo ese tiempo ansiaba conocer: el nombre de sus progenitores, así
como el sitio donde encontrarlos. Por fin sabía algo de la persona que más
odiaba en este mundo, su padre, el causante de tanto dolor y desdicha. Averiguó
además que su madre había muerto en el parto y que compartía apellido con el
rector. De su padre poco ponía en el informe aparte de que era una figura
importante en la iglesia de Canterbury.
En ese momento un intenso escalofrío
le recorrió el cuerpo junto con un calor intenso. Sin pensárselo comenzó a amontonar
todos los papeles y les prendió fuego. Momentos después él y Richard salieron
corriendo por la ventana del segundo piso.
Salieron dejando esa vida
atrás, cuando recobró el sentido comenzó una carrera contra reloj: descubrir el
causante de tanto dolor y vengarse.
El primer mes se dedicaron a
robar y correr para poder llegar a su destino final.
Hasta que una mañana ocurrió
algo que escapaba de sus planes.
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